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¿Qué son los asteroides?

Los asteroides son cuerpos menores del Sistema Solar (llamados también planetas menores) que orbitan al Sol, similares a los cometas pero que se diferencian de estos principalmente por su composición y comportamiento. Mientras que los asteroides están hechos por minerales y rocas, los cometas están formados principalmente por hielo y polvo. Esto último hace que los asteroides no presenten actividad cometaria, como la característica cola o cabellera de los cometas. La mayoría de los asteroides conocidos se encuentran en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Otros co orbitan junto a Júpiter, llamados asteroides troyanos y otros lo hacen entre las órbitas de los planetas exteriores gaseosos, llamados Centauros.

Algunas rocas espaciales y sus nombres.

En la época donde ya habíamos descubierto todos los planetas del Sistema Solar, llamaba la atención un gran vacío que existía entre Marte y Júpiter. Fue así como se apuntó en esa ubicación en busca del planeta perdido. Pronto comenzaron a encontrar no solo uno, sino muchos objetos, descubriendo así el Cinturón de asteroides, una región de miles de cuerpos rocosos que existe por culpa de la perturbación gravitacional de Júpiter, quien no permitió la formación de un planeta a esa distancia del Sol.

Gráfico del Sistema Solar interior y Júpiter.  En blanco el cinturón de asteroides, en naranjo la familia Hildas y en verde los asteroides troyanos de Júpiter.

Un poco de historia.

El primero de estos cuerpos en ser descubierto fue Ceres en 1801, con casi 1000 km de diámetro, y que luego fue denominado planeta enano en el año 2006. En 1902 se descubre Palas, con 540 km de diámetro, en 1804 Juno con 270 km de diámetro y en 1807 Vesta con 515 km de diámetro. Aunque hoy se conocen miles, todos juntos suman solo el 5% de la masa total de la Luna. Gaspra, con solo 20 km de largo, fue el primero en ser visitado por la sonda Galileo en 1992, que luego en 1993 visitó al asteroide Ida y descubrió el primer satélite de un asteroide, que llamaron Dáctilo.

Comparativa de tamaños entre la Luna (derecha), Ceres (centro) y alguno de los asteroides más grandes (izquierda).

 

¿Por qué estudiamos los asteroides?

Cuando se formó nuestro planeta, hace unos 4.500 millones de años atrás, lo hizo a partir de fragmentos de roca y polvo de la joven nube protoplanetaria. En ella existía gas, polvo y rocas que fueron los “ladrillos” de la Tierra y los demás planetas. Tras la formación de todos los planetas algunas rocas quedaron orbitando alrededor del Sol, a los que hoy llamamos cometas y asteroides. Similar a la arqueología, estos cuerpos nos ayudan a comprender el pasado de nuestro Sistema Solar.

Disco protoplanetario alrededor de HL Tauri (a unos 450 años luz de distancia). Observatorio ALMA.  / Noviembre 2014.

Por otro lado, una de las grandes interrogantes de la formación de la Tierra es la gran cantidad de agua líquida que posee en la actualidad. Sabemos que el agua no pudo venir en los ingredientes iniciales de la formación de nuestro planeta, debido principalmente por su cercanía al Sol, por lo tanto este elemento tuvo que incorporarse necesariamente después. ¿Cómo llegó aquí entonces?

Los primeros sospechosos fueron los cometas, ricos en agua, pero cuando por fin logramos estudiar uno en el año 2014, gracias a la sonda Rosetta y el módulo de aterrizaje Philae que llegaron al cometa 67P Churyumov-Gerasimenko, nos dimos cuenta que la composición del agua en el cometa no era la misma que la de nuestro planeta.

Montaje de cuatro fotografías tomadas por la sonda Rosetta (ESA) al cometa 64P a 26 km de distancia. / Septiembre de 2014.

 

Tras esto la atención de volcó a los asteroides, en particular los que son ricos en carbono y agua. Tocaba ahora ir a estudiarlos de cerca.

Por otro lado los asteroides nos recuerdan también lo frágil que es la vida en nuestro planeta. Cada año, el 30 de junio se conmemora el día internacional del asteroide en recuerdo del bólido de Tunguska, en Rusia, que ocurrió un 30 de junio de 1908. Se trató de una gran explosión que arrasó con 80 millones de árboles en un área de 2.150 km^2, en un sector que, menos mal, estaba despoblado. Nunca se encontró el impacto, por lo que se cree que se trató de una explosión contra el aire y el cuerpo se desintegró antes de tocar la tierra.

(Izquierda) Ubicación del evento Bólido de Tunguska, en Rusia. / (Derecha) Árboles derribados y calcinados como consecuencia del evento. Fotografía de 1931. (Más de 20 años después)

 

Los asteroides si son peligrosos, han caído en la Tierra en el pasado, lo hacen en el presente, y lo volverán a hacer en el futuro con seguridad.

Los 190 cráteres de impacto más grandes confirmados por tamaño y antigüedad. Base de datos de Impacto de la Tierra (2017).

(Si pinchas sobre la imagen la podrás ver más grande)

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