Vamos a considerar que una estrella “se apaga” cuando esta acaba todo su combustible. Recordemos que el Sol, como cualquier estrella del Universo, transforma hidrógeno en helio produciendo luz y calor, y posibilitando la vida en nuestro planeta.
Actividad solar de agosto de 2012 obtenidas por el Observatorio Solar Dinámico (SDO). Créditos NASA.
Una vez que el Sol comience a quedarse sin hidrógeno ni helio, su núcleo se contraerá a la vez que las capas exteriores comenzarán a expandirse, aumentando considerablemente su tamaño. A pesar del aumento de brillo debido a su crecimiento, su temperatura superficial disminuirá y su color se tornará rojizo, convirtiéndose en una estrella gigante Roja. Cuando esto le ocurra al Sol, en unos 5.000 millones de años en el futuro, este engullirá a Mercurio, Venus y posiblemente la Tierra.
Representación artística del Sol convirtiéndose en una gigante Roja. Créditos: ESO.
Finalmente las capas externas del Sol se desprenderán hacia el espacio, dejando su núcleo expuesto y formando lo que conocemos como nebulosa planetaria. La mayor parte de su masa, hasta un 50% de la masa de la estrella, irá a la nebulosa y el remanente del Sol se enfriará y achicara, convirtiéndose en una enana blanca, una estrella muy densa del tamaño de la Tierra que brilla solo por la energía térmica almacenada.
Representación de la muerte de una estrella y su remanente estelar. Créditos: ESO.
Los científicos aún debaten sobre el destino de los planetas cuando el Sol entre en su fase de gigante roja, no se sabe con exactitud cuánto se expandirá el Sol, aunque sin importar si este engulle o no a la Tierra, la vida en nuestro planeta no podrá ser posible debido al aumento de tamaño y actividad solar durante este proceso.
Recreación animada de la alta actividad solar que presenta una estrella gigante roja. Créditos ESO.
Pero quizás uno de los fenómenos más interesantes de este aumento de tamaño será el tránsito de la zona habitable de nuestra estrella, la que actualmente se encuentra a una distancia que posibilita la presencia de agua líquida en nuestra superficie.
Zona habitable de nuestro Sistema Solar en la actualidad (en verde), en dónde se encuentra la Tierra y Marte. Créditos; primerfoton.cl
En el futuro esta zona habitable transitará hacia afuera, llegando a las órbitas de Júpiter o Saturno, planetas que poseen satélites naturales ricos en hielo de agua, posibilitando quizás ahí un nuevo hogar para la humanidad.
Vista simulada desde la helada superficie lunar Europa alrededor de Júpiter. Créditos NASA.
Vista de la luna Titán y Saturno de fondo obtenidas por la sonda Cassini. Créditos NASA.